Siempre es buen momento para descubrir o redescubrir al artista multidisciplinar Carlos Yuste. En episodios anteriores en Yorokobu, tan pronto inventaba placas de calles para personas anónimas como organizaba una exposición en el interior de un contenedor o escribía un libro en los reversos de las papeletas políticas tras vivir la fiesta de la democracia desde una mesa electoral. Lo que vendría a considerarse, sí,